Empezamos
leyendo “Estaba sentada en un taxi,
preguntándome si no me habría emperifollado en exceso para la velada, cuando
miré por la ventanilla y vi a mamá hurgando en un contenedor de basura”. De ahí
parte la autora para compartirnos su niñez y juventud al lado de una madre
artista: pintora, escultora, escritora, que educa a sus hijos para ser
independientes y a cuidarse ellos mismos. Su padre, hombre de múltiples
talentos y grandes sueños, lleva a su familia de aventura en aventura: les
enseña a disparar, les regala estrellas… Viven en el desierto, en las vegas, en
una estación de trenes abandonada, en Phoenix como herederos de una casona y
terminan en Walch, un pueblo minero donde son los más pobres entre los pobres.
Leí este libro por completo dividida. Una parte de mí se dejó llevar por la ligereza y facilidad con la que la autora nos va contando su interesante y nada aburrida historia y otra parte de mi leyó cada línea con el corazón pesaroso por la realidad de unos padres enfermos y egoístas ¿cómo se llega a ese grado de pobreza económica y moral? ¿cómo se sale de ello?
Excelente
novela autobiográfica con buen final. No puedo decir “final feliz” porque sin duda: la
inestabilidad, la indefensión, la impotencia, la ira, el miedo, la culpa, dejan
huella.
Me gustó
mucho
1 comentario:
No me gustan las novelas taaan reales, pero gracias x compartir una parte¡¡¡
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