martes, 24 de agosto de 2010

¡No abuelita!

Agradezco a Claudia por dejarnos entrar a su corazón y sin más preambulo las dejo con ella.

Mi abuelita Anita decía -búscate un hombre que te ame, que no sea complicado, que se deje llevar y que sea trabajador!!- y yo le decía nooo, quiero que sea fuerte, guapo, inteligente, que cante, que sea trabajador y tenga sentido común y resuelva, buen hijo, que me escuche... mi abuela Anita con la experiencia de los años me dijo con los ojos lo que en algún momento me debió decir con la boca.
He terminado de leer "Mujeres de Ojos Grandes", historias de mujeres que han salido adelante solas, arrastrando marido, teniendo amantes, siete hijos, bordando, cocinado, haciendo punto de cruz, siendo bravas, siendo fuertes... ellas solas emocionalmente, cargando con parejas que eran como su octavo hijo, hombres buenos que no daban lata pero no eran el compañero que ellas anhelaban y fueron felices, le dieron sentido a su vida; aprendieron que hasta que te casas te das cuenta de lo sola que puedes estar y puedes vivir con ello por que no estas realmente sola, están tus hijos, los deberes, las amigas que apoyar, el trabajo que hacer, el amante al que desear y llorar cuando se va.
Mujeres de Ojos Grandes habla de una realidad que me había negado a ver: los hombres, los reales, son el producto de nuestra propia creación, les hemos dicho en cada momento de la historia lo que debían de hacer y cómo, los vestimos para las batallas, los acompañamos en la guerra para que no abusaran de más mujeres, les permitimos golpearnos, humillarnos y quemarnos. Los criamos creyendo que eran grandes, fuertes e inteligentes, confiamos en ellos ciegamente, los adoramos y les dimos nuestras vidas.
Después de leer Mujeres de Ojos Grandes me sentí como todas las mujeres engañada de mi propia fantasia, miré mis manos vacias de la ilusion que le contaba a mi abuela Anita, de lo que no existe por que nunca fué y lloré, me dolieron los huesos y me quedé en cama. Al rato me bañaré en leche con miel para alejar la enfermedad, me peinaré, me pondré bella y hermosa, sonreiré a mi misma al espejo y seguiré en la vida, con una raya mas pa´l tigre, con una ilusión menos de esas que duelen cuando caen, de esas que suspiras cuando ya no están, pero la vida sigue y es necesario avanzar.
Claudia

4 comentarios:

Patricia dijo...

Genéticamente estamos diseñadas para "esperar" al "principe azul-superheroe-hombre perfecto-salvador-solucionador de todo-responsable de mi felicidad y de mi completud" y la mayoría hemos pasado por enfrentarnos a la realidad, dolernos y seguir adelante. Estás viviendo, antes de casarte, el dejar ir esa fantasía y estás asumiendo qué tan sola se puede estar y qué tanto tenemos que resolver nosotras; después de bañarte, ponerte linda y avanzar, también aprenderás a darle sentido a la vida (sin esa fantasía masculina) y a ser felíz y si decides vivir en pareja, será bajo realidades más amables. La forma en la que se relacionan hombres y mujeres está cambiando para bien, aunque ellos están atrasadones (jajajajaja).
Besos.

Klo Almeida dijo...

asi paty. Importante esta siendo reconocer que alimentaba una fantasia que no tenia consistencia. Y estoy feliz de que sea asi..besos

Anónimo dijo...

Así es, algo que me enseñó Patty, y que tardé muuuucho en darme cuenta, pero de verdad tardé toooda mi vida en reconocerlo, es que nadie más que yo podía hacerme sentir feliz, ni el dinero, ni los hijos, ni las amigas, ni el marido....nadie....sólo yo, y en base a eso, decidí ir recuperando todo lo que había tenido y un día yo alejé, es poco a poco, requiere de esfuerzo enorme, a veces de sacrificio, de frustación por que no es tan fácil, tan rápido o de la forma que quiero, pero estoy viendo que al final, si yoooo me esmero en lograr lo que quiero, todo va tomando su nivel....así que Clau, a ser realista y a tomar desiciones.....besos....

Patricia dijo...

Es tan importante lo que dices, que no importa si no sabemos quien eres... tus palabras son las de miles de mujeres: Dejamos ir, alejamos lo que tenemos, lo que SOMOS, sufrimos, lloramos, a algunas como Claudia ¡hasta los huesos les dolerán! y de pronto, algo o alguien nos hace despertar y emprendemos el camino de regreso a nosotras mismas. Es verdad que no es fácil, etc., pero vale la pena. Podemos lograr lo que nos propongamos. Ser felíz es asunto individual y prioritario ¡Vale la pena decidirlo!