viernes, 23 de abril de 2010

Gritarnos

¿Por qué nos gritamos unos a otros? En una palabra: satisfacción. Enfurecernos con alguien nos da una satisfacción rápida e intensa. Por un momento, tenemos el control. Pero, al igual que con una droga, la satisfacción se va y necesitamos la siguiente dosis de enojo para sentirnos en "forma".

Hoy, cuando quieras gritar, restringe. Y eso no quiere decir que te tragues tu enojo. Más bien quiere decir: no lo tires encima de los que están a tu alrededor.

De la Kabbalah... por Yehuda Berg

martes, 20 de abril de 2010

Ssshhh

Siempre es más fácil decirle a las personas lo que quieren oír. A menudo es más cómodo estar de acuerdo con alguien, aunque en nuestros corazones estemos en desacuerdo. Y ya que puede ser igual de atemorizante confrontar verdades dolorosas sobre nosotros mismos, nuestros amigos y familia pueden sentirse obligados a decirnos únicamente lo que queremos oír.

Hoy cuando necesites decir la verdad, ten el valor de abrir tu corazón así como tu boca.
Y cuando necesites escuchar la verdad, ten la sabiduría para abrir tus oídos y cerrar tu boca.

De la Kabbalah... por Yehuda Berg

sábado, 17 de abril de 2010

Perfecta armonía


Se dice que el número tres simboliza la perfecta armonía y sin duda lo es; tuvimos una reunión de tres, que resultó tal cual: una perfecta armonía.

El tres se repitió esa noche: queso, pan y vino.

Alimentamos cuerpo, mente y corazón.

Disfrutamos música, buen humor y sabrosa charla.

No podemos romper la cadena de tres, así que señoras, agendemos otras dos reuniones!!!

viernes, 16 de abril de 2010

Feminista

Hace un par de días, en su blog, Mónica hizo referencia a mí como “feminista” y de inmediato salté para defender que no lo soy ¿cómo podría serlo si soy felíz mujer, dependiente y mantenida desde siempre?
He de confesar que cuando leí lo de feminista, mi mente voló a los años 1960/70, cuando el movimiento de liberación femenina estaba en su apogeo y éste significaba la ruptura de los roles tradicionales de la mujer. El concepto de feminismo de aquella época tenía mucho que ver con ser iguales a los hombres, negando las enormes y maravillosas diferencias entre los sexos. Una buena parte de las mujeres que lideraba el movimiento eran feas, poco femeninas y odiaban a los hombres o tratando de ser más justa, odiaban lo que los hombres representaban y también odiaban a las mujeres y/o más bien, odiaban lo que las mujeres representaban: docilidad, sumisión, dependencia, debilidad, ignorancia.
La rapidez para saltar a “defender” que no soy “de esas”, me hizo cuestionarme y reflexionar sobre el asunto… las mujeres de ese entonces eran unas verdaderas guerreras, sanguinarias, que arrasaron con todo a su paso. Tenían que serlo. No había otra forma para iniciar los cambios en una sociedad (cultura) como la de entonces. Gracias a ellas, hoy una feminista es la mujer que quiere ser tratada y considerada como un ser humano igual y que pretende conseguir que las medidas sociales le garanticen el ejercicio de sus derechos, el control de su cuerpo, la toma de sus propias decisiones; es la que lucha por acabar con la discriminación por causa del sexo, contra la discriminación salarial etc.; es la mujer que se plantea el derecho a disfrutar de su propio bienestar, que desea ser juzgada como individuo, que considera que tiene valor por sí misma y no solo como medio para conseguir la felicidad y los objetivos de otros. Ser feminista significa reconocerse capaz, resuelta, segura, asertiva, informada y nada de lo anterior se contrapone o descalifica ninguno de los roles que se decida ejercer.
Descubro que Mónica tenía razón y desde aquí le agradezco el empujón para darme cuenta, para asumir, para aceptar ¡que soy feminista!!

jueves, 15 de abril de 2010

Amarte

Tienes que amarte a ti mismo para amar a otras personas.
Andar por ahí odiándote a ti mismo no es la manera de cambiar al mundo. Cuando te encuentres deseando una relación mejor contigo mismo, ábrete y permite que otros te amen, rodéate con gente que ve lo mejor de ti y perdona lo peor de ti.
Hoy, asegúrate de que tu camino esté lleno de aquéllos que te aman y te apoyan.

De la Kabbalah... por Yehuda Berg

martes, 13 de abril de 2010

Espiral

Nuestra cultura nos enseña que "cuanto más, mejor" y sin darnos cuenta, en la inconsciencia, interiorizamos esa creencia y cuando no logramos "más" nos sentimos frustrados, impotentes, imperfectos, fracasados... perdemos la paz, sin paz no puedo entrar a mi corazón; sólo desde el corazón me miro, me reconozco, me amo y así entramos en esta espiral descendente que nos va llevando a desconectarnos por completo de nosotras mismas y a manifestar vidas dolorosas e infelices.
Hay que parar y tomar consciencia (despertar, abrir los ojos, darse cuenta).
Desde la escuela nuestros padres nos empujan a ser más de lo que somos, a ser "el mejor". Más calificaciones, más actividades, más diplomas, más amigos y así continuamos... más trabajo, más dinero, más belleza, más inteligencia, más simpatía, más, más, más. Vamos por la vida buscando la aprobación de los demás a través de tener y ser "más". Qué carga tan pesada.
Es bastante poco lo que necesitamos para subsistir y el querer más no trae malas consecuencias por sí mismo, sino porque nos quita la paz.
Estando en paz es fácil escuchar mi corazón y descubrir que soy perfecta... los caminos se abren con facilidad y sin miedo laboro en aquello que me gusta, lo que trae como consecuencia que los recursos lleguen a mi en flujo ininterrumpido, que me permiten realizar actividades estimulantes y gratas que me traen contento, etc., etc.
Esta espiral ascendente nos trae todo lo "de-más" por añadidura.
Despierta e inicia tu espiral ascendente.

domingo, 11 de abril de 2010

Dudando

Cuando iniciamos el cambio desde dentro, entusiasmándonos y regocijándonos, estamos pisando un terreno nuevo y original, pero usualmente hay algo que nos trae de vuelta a "lo que es familiar".
¿Qué es esto? Es nuestra duda. A ella no le gusta que vayamos más allá de lo que nos es familiar. Quiere arrojarnos de regreso a nuestro mundo pequeño.
Hoy, la manera de mantenernos despiertos y enfocados es estar dispuestos a hacer lo que sea necesario.

Cuando la presión aumenta ¿es en serio que quieres alcanzar algo más grande, mejor y más duradero?


De la Kabbalah... por Yehuda Berg

sábado, 10 de abril de 2010

Como la vida

Me contaba una amiga sobre sus vacaciones... contrató un paseo por los "rápidos" en Veracruz. No se si hay una forma más adecuada de decirlo, ya que eso de los rápidos es subirse a una balsa y deslizarse corriente abajo, a través de un río más o menos caudaloso. De inicio sintió miedo porque no está en las condiciones físicas "óptimas", no sabía cómo sería ni si ella y las otras personas en la balsa lograrían remar y controlarla, sin embargo se atrevió y me hablaba sobre cuánto se divirtió y al fin del paseo, lo estimulante que fué. Se llenó de vida, se quedó con ganas de más, quiere repetir la experiencia, no esta actividad, sino la experiencia de atreverse, de ganarle a la incertidumbre del resultado, la experiencia de decir "sí", únicamente por el conocer la experiencia.
La vida no es un solo camino, ni tampoco es llano (liso, plano, igual)... la vida, igual que los rápidos por los que navegó mi amiga, nos sube, nos baja, nos mueve, nos revuelca, nos hunde, nos tira y nos levanta de nuevo
En la entrada anterior se comentaba sobre aspectos positivos y negativos, sobre los obstáculos propios de la vida y claro que quisieramos que nuestros días fueran una sucesión de eventos y momentos gratos e ininterrumpidos. ¡Claro que esa visión idílica es perfecta! y decimos que nuestros esfuerzos van encaminados a conseguirla, sin embargo tiene el "pero" que aún si así fuera ¡eso terminaría cansándonos y fastidiándonos! lo cual se convertiría por sí mismo, en un obstáculo y en la enseñanza que la existencia es sabia y perfecta cual es y que si hacemos uso de las herramientas que ya conocemos, como pensar en positivo, agradecer por todo, tomar distancia de lo que sucede y nos sucede, ocuparnos y no preocuparnos de nuestros asuntos, etc., nuestro tránsito por la esta existencia será lo que es: un privilegio, únicamente por conocer la experiencia.

martes, 6 de abril de 2010

Opuesto


Llegamos a conocer una cosa por su opuesto. Conocemos la alegría por medio de la tristeza, la luz por medio la oscuridad, la prosperidad por medio de la pobreza.

Hoy, afina tu percepción en un obstáculo que estés enfrentando ¿Qué cualidad hermosa está tratando de enseñarte la vida?


De la Kabbalah - - por Yehuda Berg

domingo, 4 de abril de 2010

Almas gemelas

Cada día está más de moda el término "alma gemela". Parece que ya no es suficiente tener pareja, alguien con quien recorrer la vida o parte de ella; muchos buscan y quieren encontrar SU alma gemela, aquella que los hará felices por siempre y con quien no habrá desacuerdos ni conflictos. Aquella que logrará que el amor cada día sea nuevo, excitante, confiable, vamos, aquella con quien todo se dará "porque sí". Parece igualmente que muchas personas están decididas a no comprometerse con nadie más que con esa alma gemela que, una vez que llegue, traerá nada más y nada menos que la felicidad absoluta...
La mala noticia es que el alma gemela no existe.
La buena es que existen muchas almas afines !!
Les traigo un muy buen artículo que lo explica claro y sencillo ¿que opinan ustedes?

Platón, ese filósofo tan importante y que tantas enseñanzas dejara, cometió un error que marcó a las generaciones futuras con un concepto equivocado. En su obra “El Banquete”, Aristófanes habla de tres sexos: masculino, femenino y andrógino. Este último sexo estaba compuesto por seres dobles, antecesores de los hombres actuales que, como eran fuertes e inteligentes, lograban que los dioses se sintieran amenazados. Entonces Zeus montó en cólera y decidió dividirlos. A partir de ese momento, las mitades separadas andan en búsqueda de su mitad complementaria. De esa metáfora de Aristófanes contada por Platón, que permaneció en la memoria histórica de la raza humana, sacamos la errónea conclusión que somos seres incompletos y el deseo amoroso consistiría en la búsqueda de la otra mitad. Con esa teoría se acrecentó aún más el Ego protagonista, ese Yo que vive necesitando, ese Yo que no está completo si no interactúa con el Yo de la otra persona.
Creernos la mitad de otra alma es un rol como el de sentirnos víctimas de alguna circunstancia. Siempre nos han enseñado que las almas gemelas eran las dos mitades de un alma que se buscaban para volver a unirse. Lamentablemente, eso es crear en el ser humano una dependencia afectiva. También nos explicaban que las almas gemelas eran dos almas tan iguales que, cuando encarnaban en el plano físico, siempre eran de distinto sexo para poder ejercer una atracción recíproca, de esa manera nos enseñaban a necesitar, a ser dependientes de un amor personal. No entendían que, al no necesitar, podíamos utilizar toda nuestra energía de amor para dar al otro.
Al mostrarnos la teoría de esa manera, nos indicaban todo lo contrario del genuino camino espiritual, que explica que el verdadero amor no necesita, porque es Amor de Servicio. Ese es el Amor impersonal, porque el amor personal que damos y recibimos a diario se alimenta de emociones negativas difíciles de controlar, de dudas, de celos, de diversos roles de control entre uno y otro protagonista de ese sentimiento.
Por el contrario, el Amor Impersonal no intenta manipular ni busca dominar a la persona a la que va dirigido ese afecto, sino que trata de serle útil… pues no importa uno, sino el otro.
Pero para brindar ese amor tan excelso, tan elevado, no es necesario buscar la excusa de que somos la mitad de un todo y la otra mitad es aquel ser a quien tenemos que amar. Gracias a Dios, la respuesta es más sencilla y menos egoísta.
Porque, en realidad, las almas gemelas no son dos partes de un mismo espíritu. Tampoco son necesariamente espíritus de distinto sexo, pues los espíritus no tienen sexo. La teoría espiritual explica que las almas vibran en forma sutil o en forma densa, de acuerdo a su altruismo o egoísmo.
Cada vibración es distinta a la otra, pero hay espíritus que tienen vibraciones afines. Destaco que hay almas que vibran en la misma sintonía. Son espíritus cuya vibración está en resonancia.
Si dichos espíritus fueran sonido, se podría decir que son ondas acústicas de la misma frecuencia y amplitud. Esas son las almas gemelas.
La definición correcta es que las almas gemelas son espíritus que vibran en un acorde determinado, producido en repercusión con otro espíritu.
Es muy importante aclarar otro equívoco. Hay otra creencia errónea que sostiene que las almas gemelas son siempre dos. Esto no tiene que ser necesariamente así, ya que puede haber muchos espíritus que vibren en una misma frecuencia. Creer que solamente dos son las almas que pueden estar en resonancia entre sí, es limitar la afinidad de los espíritus.
De todos modos, es importante destacar que en los Espíritus de Luz la afinidad es matizada por un amor impersonal y no por un sentido de posesión.
Pero las almas gemelas no necesariamente están en un plano de Luz. Hay espíritus regidos por la crueldad que se encuentran en los planos más densos… y también son afines entre ellos. No se conocen entre sí, pero se comportan de la misma manera. Poseen la misma mezquindad, tienen similar egoísmo y, en algunos casos, hasta su carácter es parecido, pero, a diferencia de los espíritus de Luz, estas almas aún siendo compatibles, pueden llevarse mal entre ellas.
Eso demuestra que no siempre las almas gemelas se aman entre sí… ¡aquellos espíritus invadidos por el ego sólo se aman a sí mismos! Eso lo vivimos comprobando diariamente.
Con respecto a las afinidades, las almas gemelas solo tienen afinidad verdadera en los planos de Luz, porque en los planos inferiores, su resonancia no es garantía de compatibilidad.
Lo satisfactorio es que todos tenemos más de un alma gemela a la nuestra.
Si vibramos en Amor, podremos percibir esas almas y, a la vez, seremos percibidos.