Militarizada

Hoy nos reunimos en familia para celebrar el día de la madre. Cada quien llevó algo para comer y la charla fluyó grata y relajada...
en un momento determinado se habló de lo difícil que es tratar con adolescentes y preadolescentes y de la tranquilidad de los que, como padres, hemos terminado con esa difícil etapa de nuestros hijos.
Horas después, ya a solas, pensando en todo lo que se dijo, vino el recuerdo de mi padre, fallecido hace muchos años y sus firmes convicciones sobre la educación de los hijos. Pensaba que no había tal, sin disciplina... no pegaba, no regañaba, no preguntaba mayor cosa, solo castigaba y así, en una ocasión, cuando una de mis hermanas se escapó de la escuela para ir con varias amiguitas a casa de una de ellas a escuchar música y reirse de la "escapada" ¡gran aventura y gran gusto! que no le duró mucho, ya que mi padre la castigó sin salir de su cuarto -excepto para ir y venir de la escuela- durante un mes entero. Como si fuera ayer, la veo llorando día tras día, noche tras noche... y no salir de su cuarto, a pesar de la intervención de mi madre ante papá.
Años después, se me hizo tarde en una fiesta y llegué a casa de madrugada (horas después del permiso establecido); papá estaba sentado esperandome y únicamente dijo "No hay justificación. Te vas a tu cuarto y no sales". Sí había justificación y no me permitió dársela. Estuve una semana castigada e igual lloré y lloré y nunca volví a llegar fuera de hora (ni mi hermana a pensar siquiera, en escaparse).
En esos tiempos la madre daba la queja y el padre imponía la disciplina. Cuando mis hijos fueron adolescentes, era distinto; las madres nos hacíamos cargo y en ese sentido, mi forma de actuar era ciertamente militarizada. Pocas normas ¡que se cumplían! llegó el momento que solo tenía que decir "no me obligues a castigarte", para que eligieran no infringir alguna.
Tengo la percepción que actualmente ninguno de los padres se responsabiliza por ello. Me parece que tienen miedo... a causarle al hijo un irreparable daño en la psique, a que pierda una semana o un mes de su vida social, a que se escape de casa, a que sufra, a que no soporte la frustación, a que no se sienta amado, a que el hijo los odie...
Reaccionen mamás!!!! Este día que se festeja a las madres es buen momento para reflexionar.
Hay que enfrentar a los hijos a la consecuencia de sus acciones. Sin duda, sin confusión, sin titubeo. Solo así estaremos cumpliendo nuestra responsabilidad, que es enseñarlos y guiarlos.