jueves, 17 de septiembre de 2009

Enfermedad

Ya he comentado que operaron a mi hermana menor. Lo que no dije, es que es la 3a. vez que la operan de lo mismo y en el mismo lugar. Conversando con ella, me dijo que la enfermedad, operación y período de recuperación, son las vacaciones que usualmente no se da permiso de tomar.
Ayer, una señora contaba sobre una enfermedad que recién le han diagnosticado y de la misma forma que mi hermana, acabó diciendo que la enfermedad le estaba dando la oportunidad de desacelerar su vida, pues el ritmo que estaba teniendo era de locura. Textualmente dijo: "Sentí que me quitaron un peso de los hombros, que podía descansar sin culpa". También dijo que se estaba dando permiso de pasarle algunas responsabilidades al esposo, responsabilidades que sin la enfermedad, no se habría atrevido a ¿darle? ¿dejarle?... ¿a compartir?
Les cuento el último caso: Llega a la consulta de una terapeuta alternativa una señora con cáncer, diganosticado años atrás. Palabras más, palabras menos, expresó que no estaba ahí buscando cura, sino solo ayuda para el dolor, que ya era muy intenso. Contaba que la enfermedad le había dado libertad (viajaba con frecuencia a recibir tratamientos de quimio), la había alejado de la esclavitud de la cocina y el marido (machista extremo) y le había dado fuerza para preparar a los hijos a responsabilizarse por ellos mismos.
Tres casos diferentes, tres circunstancias distintas, tres mujeres sin más nada en común que tener enfermedades a través de las cuales se daban permiso para realizar en su vida cambios que ellas, bien conscientes, sabían necesarios, pero no encontraban cómo llevarlos a cabo.
¿Qué nos está pasando a las mujeres? ¿cómo es posible que paguemos costos tan elevados para realizar en nuestra vida cambios que sabemos necesarios? ¿de verdad, la mejor opción para tomar vacaciones, bajar nuestro ritmo o cortar con un marido, es arriesgar o dar nuestra vida? Se que todas tenemos la libertad de elegir la forma de vivir y de morir. Se que el universo, la energía o Dios, no nos juzgan. Se que todo son opciones y experiencias, sin embargo, me cuesta trabajo entender los motivos por los que muchas personas siguen tomando estos caminos de enfermedad y dolor.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola otra vez. Raul Salinas. Este escrito me llegó. Repito, escribes muy bien, con sentimiento, te abres, eso no es fácil para mí. Pero ya me acostumbraré.

Patricia dijo...

Raúl Salinas: Se que amo el lenguaje por la posibilidad que nos da, de comunicarno unos con otros. Mis pretenciones son pequeñas y se ven por completo satisfechas cuando me dicen lo que tu has dicho. Palabras mágicas son "me llegó". De eso se trata, de llegar unas a otras, porque es en este compartir, como vamos sanando. Gracias por atreverte, gracias por empezar a intentar.
Con amor,
Patricia

Anónimo dijo...

Raúl Salinas. Como veo que sí lees los comentarios, quiero agradecerte, obvio tengo demasiado qué agradecerte, pero me voy a enfocar a este blog, gracias por cómo escribes, tocas espacios poco conocidos de mi interior, es un placer leerte. BESOS.

Patricia dijo...

Raúl Salinas: Me siento felíz que visites esos espacios poco conocidos en ti. Abrelos, airealos, saca lo que no sirve, límpialos, reconcíliate con ellos... recupérate.
Te quiero.